Debido al descenso de temperaturas, el cuerpo tiene que hacer mayor esfuerzo para adaptarse, provocando un mayor gasto energético para general calor corporal por lo tanto se queman generalmente más calorías.
Salvo que exista una patología o condición adversa, hacer ejercicio al aire libre es aún más beneficioso para la salud ya que, mejora la capacidad pulmonar, la capacidad cardíaca, potencia el rendimiento físico, mejora el sistema inmune, hay una mayor cantidad de quema de calorías, mantiene la condición física, fomenta el equilibrio: durante los meses fríos es común aumentar la cantidad de comida calórica, por lo que al realizar ejercicios ayudará a compensarlo y disminuirá el aumento de peso, fomenta la buena salud, alivia el estrés, previene estados depresivos, además de mejorar las defensas, entre otros beneficios para el organismo.
Es importante encontrar una actividad física que se disfrute para aumentar las probabilidades de no abandonarla. Se puede varias el tipo de ejercicio para evitar la monotonía. Es esencial establecer metas que se puedan alcanzar para evitar la desmotivación
En base a esto, salud brinda las siguientes recomendaciones:
- Elegir las horas de luz, especialmente en la mañana y siesta
- Vestirse con prendas transpirables que puedan quitarse cuando comience el sudor.
- Priorizar abrigar manos, pies y cabeza.
- Buena entrada en calor: para poder predisponer al organismo a la práctica deportiva, de lo simple a lo complejo, aumentar la intensidad progresivamente.
- Usá protector solar: es tan fácil quemarse con el sol en invierno como en verano.
- Hidratarse: existe una posibilidad de deshidratación también en un clima frío debido a la transpiración, la respiración, la capacidad de secar que tiene el viento invernal.
Si la temperatura desciende por debajo de 5° bajo cero o la sensación térmica es extrema, considera elegir ejercicio bajo techo.
