La fiebre de un sábado azul y un domingo sin tristeza

La semana se desquita con nosotros como niño abusador  de tercer grado que repitió tres veces el año, nos lleva, nos trae, nos pega, nos desgasta, va agotando nuestras vidas.
La rutina es el cáncer de la humanidad? Se ha preguntado más de un Sociólogo a lo largo de la era consumista, son muy pocas las personas que trabajan de los que les gusta, la mayoría se aburre al poco tiempo, otra se miente todos los días tratando de pasar las ocho horas de encierro laboral, en fin como dice la canción "después del Colegio, trabajar volverte viejo, son los eslabones que la vida te propone".
Si le sumamos que vivimos en un país de ciclos interminables de crisis y donde hoy surfeamos una muy jodida donde no hay un peso y nos vamos inmiscuyendo en deudas tal cual explorador  que cae en "Arenas movedizas", donde el pasivo claramente ha superado al activo y estamos esperando ahogarnos sin perder la dignidad.
No todo es oscuro por supuesto, no todo es un camino sin salida, está el amor que es el motor que nos hace levantarnos cada mañana con más ganas, la amistad, nuestros pasatiempos (el fútbol, las series, los libros,internet?)
la familia y todo los que no hace escapar un poco de la bendita "máquina de picar carne".
El domingo es un refugio que mezcla casi todo lo que describí arriba,podemos dormir, amar, bailar, comer, beber, fumar, hablar, mirar y leer todo lo que queramos sin ninguna traba moral que nos inhiba como en la semana, es el bendito "séptimo día", de paz, de inspiración, el último refugio de una humanidad diferente que vive cada domingo como si fuera el último.
Espero que en el futu yoro se  cambie la manera de vivir y que todos los días sean domingos, que viajemos, que tengamos aventuras todos los días porque como dice otra canción "vivir solo cuesta vida" donde de nada sirve quedarnos con nuestra vida perfecta y segura sin haber hecho lo que hemos querido, sabido o podido hacer, Salí a la calle te está esperando tú amor, te espera esa montaña, te espera la vida...
Ale Chávez en una nonagésima crisis existencial 2/12/2004.
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