En un dramático veredicto, un hombre fue condenado a 10 años de prisión por los jueces Alberto Caballero, Andrés Abelín Cottonaro y Federico Rodríguez, poniendo fin a un escalofriante caso de violencia de género y violación que ha mantenido a la comunidad de Sarmiento consternada.
La condena es resultado del valiente testimonio de una mujer de 49 años que finalmente rompió el silencio y se negó a encubrir a su esposo, quien la había golpeado, amenazado y violado repetidamente.
La víctima, cuyo nombre no se revela por razones de seguridad, se presentó ante la justicia el pasado 6 de noviembre, con severas lesiones que evidenciaban la brutalidad de su agresor.
Un mes después, sin embargo, intentó retirar su denuncia, argumentando que no deseaba continuar colaborando con la justicia debido a la presión ejercida por su esposo desde prisión.
El fiscal Juan Manuel Gálvez, quien lideró el caso, señaló que la víctima había estado atrapada en un "círculo de violencia muy profundo" y que el acusado continuaba manipulándola incluso desde la cárcel, tratando de que se retractara de sus acusaciones. En enero de este año, la mujer llegó a afirmar que iba a "desmentir todo", lo que complicó la prosecución del caso anterior.
No obstante, el fiscal Gálvez pudo demostrar que el imputado fue atrapado in fraganti el 5 de noviembre del año pasado, cuando la pareja se encontraba sola en su hogar en Colonia Fiscal, Sarmiento. En un estado presuntamente ebrio, el agresor comenzó una discusión violenta que culminó en un asalto físico atroz. La víctima sufrió heridas graves, incluyendo una lesión en la cabeza causada por un machete.
Durante el juicio, la valiente mujer finalmente se atrevió a contar la verdad: "Yo en ningún momento he mentido, voy a decir la verdad porque necesito que esto se termine. ¿Que me violó? Sí, me violó. ¿Que me pegó? Sí, me pegó. ¿Que me amenazó? Sí. ¿Si alguna vez me quiso introducir algo por la vagina? Sí, lo hizo".
A pesar de los intentos de la defensa por desacreditar su testimonio, los jueces emitieron una condena de 10 años de prisión, marcando un precedente importante en la lucha contra la violencia de género en la región.
