Avanza el trabajo conjunto con las comunidades originarias

Avanza el trabajo conjunto con las comunidades originarias
Tres fueron las oportunidades a través de las mesas de diálogo, en la gestión de Sergio Uñac, en las que pueblos originarios y Ejecutivo provincial buscan lograr avances en el reconocimiento jurídico de los derechos de las comunidades locales. Este trabajo en equipo es una oportunidad histórica para reivindicar la voz de pobladores autóctonos, y su reconocimiento como sujetos de derecho.

El objetivo de MinGob a través de estas reuniones, responde a la necesidad de abordar los aspectos relevantes que involucran a las comunidades originarias locales, desde la mirada o cosmovisión de cada uno de los pueblos, para la elaboración de estrategias de acción. Además estas instancias de trabajo posibilitan una mejor articulación entre las partes.

"Somos los hijos de la tierra", expresó Nadia Gómez, representante de pueblos originarios de San Juan, refiriéndose al reconocimiento de su preexistencia en este suelo.

Cuando hablamos de preexistencia hacemos alusión a la importancia de admitir a los pueblos originarios como sujetos de derecho no sólo en hechos declamativos, sino en hechos concretos.

En este sentido, Nadia Gómez y Franco Gil, quienes representan la voz de comunidades huarpes y diaguitas de nuestra provincia, comentaron acerca de la reciente reunión que mantuvieron con el Ejecutivo, más precisamente con la Secretaría de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos del MinGob y el área de Investigaciones y Estadística del Ministerio de Hacienda.

En nuestra provincia, el proceso de reparación histórica para comunidades autóctonas conlleva el enriquecimiento recíproco, con el fin de alcanzar una construcción intercultural.

Franco Gil, explicó que "existieron tres mesas de diálogo y luego mantuvimos alrededor de tres reuniones más como la que se dio en esta oportunidad. Estamos avanzando en un proyecto para efectuar un censo para las familias que se autoreconocen huarpe y las comunidades huarpes ya conformadas".

Además manifestó que "esto es importante para impulsar políticas públicas a largo plazo". Además, agregó "desde el Gobierno han empeñado su palabra y se han comprometido, por intermedio de la Dra. Aubone -en referencia a la secretaria de Gobierno, Justicia y DDHH- a acompañar permanentemente desde la provincia en lo que haga falta".

"Nosotros no somos dueños de la tierra, sino que es nuestra madre y somos hijos de la tierra", reveló Nadia Gómez. En este orden, comentó que "muchas veces sucede que tenemos familias que habitan los territorios y que viven hace siglos, generación tras generación, y luego pasa que muchas veces los privados compran sus tierras con ellos adentro, y es allí donde surgen los conflictos en los que nos unimos para actuar".

"En este sentido proponemos una reparación histórica, no para cambiarla, porque no se puede, sino para que a través de nuestros territorios podamos desarrollarnos humanamente y comunitariamente de acuerdo con nuestra cosmovisión" sostuvo Gil.

"San Juan hace bastantes años adhiere a la Ley Nº 23.302 donde se contempla que existan programas específicos para pueblos originarios que tengan que ver con el acceso a la tierra, la educación y a la salud. Simplemente pedimos que se cumpla con la legislación", agregó la representante originaria.

"Sabemos que es un proceso largo y que va a llevar su tiempo. Dentro de un mes volveremos a encontrarnos. Es importante la palabra del Gobierno de San Juan en el acompañamiento en las cuestiones urgentes como el conflicto territorial. En este sentido esperamos poder avanzar" concluyó Franco Gil.

"Existe la voluntad de tomar cartas en el asunto, pero buscamos celeridad en la concreción de las acciones más urgentes", sentenció Nadia Gómez.

Los reclamos de pueblos originarios y los debates parlamentarios relacionados con la prórroga de la ley 26.160 de emergencia territorial, continúan desnudando una de las más grandes deudas históricas del Estado argentino para con los pueblos originarios: la no resolución de la propiedad comunitaria de sus tierras y territorios, un anacronismo inadmisible en pleno siglo XXI.

En estas épocas, donde abunda la destrucción ambiental, impregnados de la vorágine capitalista y el expansionismo militar, ante la parcialidad de los oligopolios de la comunicación, es sumamente importante que sepamos quiénes somos y hacía dónde queremos ir.

Por eso para poderlos resistir, es imperioso rescatar la memoria ancestral de los pueblos que han resistido. Conectarnos con el territorio y con su historia nos permitirá ser un árbol de raíces profundas, el cual no podrá ser volteado por las tempestades.

Para esto, es aconsejable tomar con pinzas la visión antinómica y europeizante en la negación constante de nuestras raíces indígenas y la admiración casi ciega de toda la producción cultural de Occidente.
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