La provincia lejos de adelantar las elecciones.

Si el gobierno sanjuanino pretende adelantar las elecciones como ya lo hicieron varias provincias –la última, Mendoza- ya debería haber puesto la maquinaria en funcionamiento. Pero no hay señales, por lo tanto la hipótesis de una fecha especial para que los sanjuaninos voten por separado se ha comenzado a desinflar.

Desde principios de enero está abierto el plazo para comunicar un eventual adelanto,.
 La cosa es así: como las elecciones generales de presidente están convocadas para el 25 de octubre y las primarias para el 9 de agosto, la provincia puede adherir o desmarcarse, y si opta por ésta última alternativa le corren plazos especiales para hacer la convocatoria. Esos plazos establecen que el llamado a las Paso –internas abiertas- debe realizarse con 100 días de anticipación, es decir que si se confirma la fecha de agosto la convocatoria debería realizarse en mayo próximo.

Ahora, si la intención del gobierno fuera desmarcarse de la Nación y fijar la fecha provincial de las internas por ejemplo para abril y las elecciones generales en junio –como los casos de Mendoza o Capital Federal anunciados en los últimos días-, el llamado a las internas se debe realizar en enero. Es decir, en estos días, como lo hicieron en Mendoza.

De allí para adelante, corren los plazos de igual manera:  si la Paso pretende ser convocada para mayo, el llamado debe hacerse en febrero; si  la fecha elegida es junio, la convocataria deberá ser cursada en marzo, y así sucesivamente hasta llegar a la fecha fijada de antemano por la Nación, en agosto.

Pero está transcurriendo enero y no hay movimientos que indiquen que puede haber una decisión cercana, aunque también es cierto de que si hubiera una decisión en ese sentido seguramente no será adelantada y ni siquiera insinuada hasta el día del anuncio. Como en todos los casos en que fue decidido, la decisión está sujeta a la conveniencia electoral de quien decide, en este caso el gobierno provincial.

En el caso sanjuanino, no surgen a la vista claramente las razones políticas por las que lo haría. Un hipotético adelanto implica necesariamente la decisión de desmarcarse de la suerte del gobierno nacional, para no quedar atrapado por una eventual oleada negativa, mientras que alberga el riesgo de facilitarle las cosas a la oposición posibilitándole que se junten todas las expresiones provincial, sin importar a quien responden y para quién deben trabajar a nivel nacional porque esa elección será otro día.

Ese eventual operativo desmarque no tiene por el momento motivos sólidos, a la espera de los primeros resultados de los tests de opinión pública sobre el caso Nisman, que bien puede dar vuelta las cosas. Hasta acá, lo que se percibe es que un eventual incendio del gobierno nacional por alguna crisis que golpee el bolsillo no se está verificando a gran escala, sumado eso a que la imagen de CFK en San Juan si bien es fluctuante sigue siendo positiva con un 50% de respuestas a favor. No hay motivos por ahora, entonces, de desmarcarse, aunque hay que insistir en el factor Nisman y cómo se resuelve en la opinión pública. Si la muerte del fiscal se convierte en un fuerte factor de opinión adversa, la cosa sería distinta. Aunque eso es un asunto de muy difícil pronóstico.

Lo que volvió a encender las usinas de rumores es el caso de Mendoza, donde el gobernador Paco Pérez sacudió el avispero adelantando los comicios provinciales. Ya se veía venir una decisión en ese sentido, teniendo en cuenta la dispersión de los intendentes que se habían desmarcado adelantando sus propias elecciones, algo parecido a lo que ocurrió en San Juan en el 2007 y que motivó el adelanto decidido por el gobernador José Luis Gioja.

Pero lo que apuntaló la determinación de Pérez, fogoneada por el siempre activo operador de la Rosada Chueco Mazzón, fue complicarle las cosas a la oposición mendocina. Especialmente a Julio Cobos y su alfil, el intendente de Godoy Cruz Alfredo Cornejo, los más firmes aspirantes a quedarse con la gobernación hasta ahora.

Pérez puso fecha para el 19 de abril para las Paso y para el 21 de junio para la elección general, con el condimento adicional que el viernes 13 de febrero operará el cierre de listas. Eso quiere decir que dentro de 20 días, Cobos deberá definirse entre si sigue con su proyecto presidencial o si recala en la provincia que ya gobernó entre 2003 y 2007. Con varios condimentos políticos fuertes: en Mendoza es recontra favorito, mientras que en la Nación la tiene difícil; o que si declina y se vuelve a Mendoza el principal afectado será su delfín Cornejo, también de registros muy altos en la medición. Toda una madeja que deberá desovillar el líder radical más temprano que tarde y que lo pone en un verdadero dilema con repercusión nacional. De esa manera pudo explicar Pérez su decisión para que no cayera como un desprecio hacia la Rosada o hacia el candidato que mejor mira, Daniel Scioli.

Pero nada de eso ocurre en San Juan: no hay jugadas nacionales que desarticular, ni tampoco hay un firme aspirante opositor al que poner en aprietos. Por el contrario, el principal desafío en los escritorios sanjuaninos es de qué manera preservar mejor el principal activo político que posee, el punch electoral del gobernador Gioja, ya repuesto de la operación.

Por esa razón aparece desentendido de los movimientos en los distritos, nada menores. Como el de Macri, que a fines del año pasado también se la jugó y puso la interna para el 26 de abril y la general para el 5 de julio (con eventual ballotage el 19 de julio). O Santa Fé, donde Bonfatti también adelantó  para el 19 de abril la Paso (igual que en Mendoza) y la general para el 14 de junio (una semana antes).

En la provincia está pasando enero sin demasiada información política, focalizada durante gran parte del mes en la operación del gobernador y en la información nacional por la muerte de Nisman. Febrero no parece salirse de lo usual en los últimos años: cabalgata hasta el 14 de febrero, Fiesta del Sol desde la semana siguiente. No hay clima por ahora para ir tomando una decisión que, de hacerlo, deberá tener obligatoriamente a estas fechas como margen máximo.

Menos aún teniendo en cuenta que si el cierre de listas opera con tanta velocidad, también en el oficialismo hay varios casilleros por llenar y asuntos que resolver.
 
Los que esperan una "buena noticia” y dos departamentos clave

Tanto desde la coalición liderada por Roberto Basualdo (que integran el partido del actual senador más Enrique Conti y los bloquistas disidentes, el rawsino Mauricio Ibarra y aún el actuarista Rodolfo Colombo) como desde el PRO y hasta la UCR y la Cruzada, ninguno de los dirigentes opositores de relieve en la provincia tiene dudas de que un adelanto de las elecciones en la provincia puede derivar en un seguro nucleamiento entre todos ellos juntos para enfrentar al  oficialismo.

A partir de allí, como en una mesa imaginaria, comienzan a trazarse fórmulas tentativas, con el trabajo nada fácil de hacer calzar a cada uno con su propia pretensión personal. Sería un tema delicado ese de contener a todos en su propia aspiración, nada imposible ante la chance de mejorar la posibilidad general.

Calculan que todos juntos podrían no sólo dar pelea por la gobernación, sino hacer más fuerte las chances en los departamentos, donde se gana por un voto. Juntarse es difícil, los beneficia la interna abierta, aún si acuerdan un método de integración para las listas de diputados y concejales.

También podrían acordarse los candidatos en los departamentos, priorizando en cada uno de ellos a los que aparezcan con más posibilidades, en los casos en que esa apreciación sea nítida. El ejemplo es el caso del PRO, que aún no designa a sus candidatos en Rivadavia y Santa Lucía, donde aparecen firmes dos aspirantes basualdistas y ellos podrían apoyar: Fabián Martín y Marcelo Orrego. Para eso, esperan una "noticia feliz” que no se sabe si llegará.
Artículo Anterior Artículo Siguiente