El progreso y el uso de las nuevas tecnologías fueron el combo que dejó a los hornos caleros artesanales fuera de uso en Sarmiento. Y que terminaron por convertirse en un peligro, debido a sus dimensiones y a que algunos se encuentran en distritos donde crece el turismo, con el riesgo de caídas que eso implica. Es por este motivo que los productores firmaron un convenio con el ministerio de Minería que conduce Carlos Astudillo para comenzar a tapar los cerca de 25 pozos que están fuera de uso. El cierre no será definitivo, porque persiste la esperanza de poderlos recuperar y hacerlos trabajar nuevamente, según revelaron desde el sector.
"Hasta hace unos 10 años todos los hornos caleros artesanales trabajaban a pleno, pero luego varios quedaron en desuso. Y con esto, unas 100 familias quedaron sin trabajo. Por suerte, algunos pequeños productores pudimos salir adelante porque conseguimos salir al mercado y comercializar nuestros productos. Pero no todos pudieron seguir trabajando y como saldo quedaron los hornos artesanales abandonados y abiertos, convirtiéndolos en un peligro para la gente que circula por la zona donde se encuentran, que es principalmente en Los Berros, Pedernal y Divisadero', sostuvo Martín, propietario de la empresa Cal Sarmiento.
Frente a esta situación, desde la cartera minera anunciaron que trabajarán conjuntamente con los productores para tapar estos pozos, que llegan a alcanzar 15 metros de profundidad y 3 de ancho. A raíz de este acuerdo, Minería aportará el combustible y hará los controles necesarios, mientras que los productores aportarán maquinaria y mano de obra.
Los trabajos consistirán en tapar completamente la cavidad de los mismos, pero con materiales que se puedan remover luego en caso de ser necesario, como ripio y escombros. La idea no es clausuralos definitivamente, ya que el trabajo de las pequeñas empresas caleras puede repuntar y así surgir la necesidad de reactivar estos hornos.
Según los datos que maneja Minería, en el departamento Sarmiento hay en este momento unas 10 pequeñas empresas caleras inscriptas que trabajan bajo la reglamentación correspondiente y con el uso de los hornos artesanales, con una cantidad de mano de obra que oscila entre los 500 y 600 empleados.
Esta continuidad de la producción se debió en parte al subsidio que el Gobierno les concedió a los productores para la compra de carbón residual de petróleo, principal insumo utilizado en la calcinación, y que cotiza en dólares. Uno de los beneficiados con esta asistencia fue José Díaz, quien pudo reactivar 6 de los 16 hornos con los que trabajó originalmente. De esta manera formó la Cooperativa de Productores Caleros Mineros (Coprocami), que da trabajo a 70 familias.
"Actualmente tenemos 10 hornos artesanales fuera de uso. Sólo pudimos seguir trabajando con 6, pero con eso logramos salir al mercado y vender la producción. No perdemos las esperanzas de seguir creciendo, por eso vamos a tapar los pozos provisoriamente por si en un futuro no muy lejano podemos reactivarlos. Por ahora, son un peligro porque están abiertos y en zonas de fácil acceso para la gente que sale a hacer trekking', sostuvo Díaz.
Fuente:Diario de cuyo