A quince años de la muerte de Romina Chirino



Aquel sábado 26 de marzo de 2005 Romina Chirino salió a bailar junto a su hermano Raúl para festejar el cumpleaños de una amiga. Nunca volvió a su casa. Cerca de las 4 de la madrugada del domingo la atropellaron al salir del boliche. Al día siguiente murió en Terapia Intensiva del Hospital Rawson.
“Fue lo peor que nos pudo pasar en la vida, te amputan una parte de tu cuerpo, muchas veces es levantarse a sobrevivir por los otros”, dice con voz quebrada la madre de Romina, Clara Quiroga.
Clara estaba durmiendo cuando la despertó el sonido del teléfono. Se levantó su esposo y le dijeron que a su hija la había chocado una moto.

La mujer llegó a escuchar que tenía lastimadas las piernas y pensó: “Tanto que se las cuida, seguro que después va a rabear con la cicatriz y mirá la cicatriz en el corazón y el alma que nos quedó a nosotros”, expresa Clara.

Romina tenía dos cortes en la nuca y un agujero en la pierna. Quedó en coma en la Terapia Intensiva del principal hospital de la provincia.

El 28 de marzo de ese año falleció.

Clara estaba en una esquina del hospital y su esposo en otra cuando vio que a las 12:45 su esposo rompió a llorar y fue abrazado por su hermano y un amigo. “Ahí me di cuenta de que mi hija había muerto, no hizo falta que nadie me diga nada”, cuenta.

Dos horas antes, a las 10 de ese lunes, a Clara la habló un médico del Incucai para decirle que su hija estaba muy grave y preguntarle si querían donar los órganos. “Le dije que no, tenía esperanzas de que se iba a salvar”.
Fuente:Huarpe
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