En la página de la FIFA hacen un homenaje a la cancha de River

Hogar y orgullo del poderoso Club Atlético River Plate, sede de los partidos más importantes de la selección argentina y estadio elegido para la inauguración y la final de la Copa Mundial de la FIFA 1978™. El estadio Antonio Vespucio Liberti, más conocido como Monumental, completa una trilogía de míticos escenarios sudamericanos junto al Maracaná de Rio de Janeiro y el Centenario de Montevideo. 
El coliseo emplazado en el barrio de Belgrano, en la ciudad de Buenos Aires, no sólo es el más grande del país: es también el más antiguo de los que quedan en pie entre los clubes de mayor popularidad de la Argentina y sede elegida para los conciertos más importantes de Sudamérica -allí han tocado Paul McCartney, The Rolling Stones, AC/DC y U2, por sólo mencionar algunos-.
River Plate conquistó allí gran parte de sus títulos nacionales e internacionales y ostenta el mayor récord de invicto del balompié argentino como local, con 47 partidos sin conocer la derrota en su casa entre el 19 de septiembre de 1954 y el 6 de julio de 1958.
La historia de uno de los estadios más emblemáticos de Sudamérica es casi tan fascinante como las hazañas que grandes equipos y jugadores exhibieron en su campo de juego. FIFA.com repasa sus orígenes.
La visión de un adelantado
En 1934, tres años después del comienzo del profesionalismo en Argentina, River Plate ya era uno de los clubes más populares y de mayor convocatoria del país. Desde su fundación, en 1901 en el barrio de La Boca, próximo a su archirrival de toda la vida, había tenido que mudarse en varias oportunidades para erigir su estadio y en 1923 construyó uno en Alvear y Tagle, en la zona de la Recoleta, que debió abandonar catorce años después al finalizar el arrendamiento del terreno.
El presidente de entonces, Antonio Vespucio Liberti, tuvo una idea que en principio fue catalogada de delirante. Propuso construir una mole de hormigón en un lugar deshabitado de la ciudad, cuyos terrenos habían sido ganados al Río de la Plata 50 años antes. Se decía que esos pantanos no soportarían una estructura como la proyectada y su aprobación no fue sencilla.
Pero Liberti convenció a todos y el club adquirió ocho hectáreas y media para levantar un estadio olímpico con una pista de atletismo de 400 metros, con instalaciones deportivas anexas tanto en el interior como en el exterior. La sede de la institución se instaló en forma definitiva en ese lugar.
En septiembre de 1936 comenzaron las obras, de una magnitud espectacular para la época, que concluyeron pocos días antes de la inauguración oficial, el 25 de mayo de 1938. El proyecto original de los arquitectos José Aslan y Héctor Ezcurra preveía la construcción de cuatro tribunas con capacidad para entre 30.000 y 40.000 personas por grada, pero sólo se construyeron tres de ellas, por falta de presupuesto.
De esa forma, el estadio quedó con la forma de una herradura a falta de una tribuna. En 1958, luego de la venta de Enrique Omar Sívori al Juventus de Italia por una suma millonaria, el club construyó la grada faltante, que en la actualidad lleva el nombre del inolvidable jugador y el aforo creció hasta casi 100.000 espectadores.
El templo de la consagración
La selección argentina perdió una clasificación a la fase final de la Copa Mundial de la FIFA, por última vez, en 1969. En aquella oportunidad, la albiceleste cedió su cupo ante Perú al igualar sorpersivamente 2-2 en la Bombonera, sede del Club Atlético Boca Juniors. No quedaban dudas, cuando llegó la designación para organizar la Copa Mundial de 1978, cuál sería el escenario elegido como sede principal del evento.
Para semejante acontecimiento, el Monumental fue remodelado en 16 meses de labores, desde 1976 a 1978, se erigió la tribuna superior que faltaba en el proyecto original, hoy llamada Sívori alta, donde se montó un cartel electrónico gigante, se colocó un sistema de iluminación denominado banda luminosa y se construyeron las escaleras externas.
El coliseo lució imponente en la ceremonia de inauguración del certamen, fue escenario de partidos por la fase de grupos, la segunda ronda, el encuentro por el tercer puesto y la gran final. En el Monumental, la selección argentina escribió una de sus páginas más gloriosas al conquistar por primera vez la Copa Mundial de la FIFA tras vencer por 3-1 a los Países Bajos en el cotejo decisivo, recordado no sólo por los tantos de Mario Kempes y Daniel Bertoni, sino también por las imágenes imponentes de las tribunas inundadas de papelitos en la salida de ambos equipos al terreno de juego.
Daniel Passarella, capitán del equipo y emblema de la institución riverplatense, quedó inmortalizado al levantar el trofeo por primera vez para el fútbol argentino en el mismo estadio en que brillara tantas jornadas como jugador y más tarde como director técnico.
Recinto de buen fútbol
Si bien Argentina 1978 fue el evento más importante que se celebró en el Monumental con aquel inolvidable equipo integrado por figuras como Kempes, Passarella, Ubaldo Fillol, Osvaldo Ardiles y Bertoni, el estadio albergó los más importantes acontecimientos del fútbol sudamericano y por su césped desfilaron grandes figuras de la historia del balompié argentino.
En el coliseo porteño se disputaron los Juegos Panamericanos de 1951, las finales de la Copa América 1987 y 2011, cinco definiciones de la Copa Libertadores, una de Supercopa, una de Copa Interamericana, una de Copa Sudamericana y la mayor cantidad de presentaciones de Argentina por eliminatorias para la Copa Mundial de la FIFA.
Los simpatizantes de River Plate disfrutaron en el Monumental de grandes equipos como La Máquinade la década de 1940, integrada por Juan Carlos Muñoz, Adolfo Pedernera, José Manuel Moreno, Ángel Labruna y Félix Loustau, ídolos como Amadeo Carrizo, Alfredo Di Stéfano y Omar Sívori, grandes campeones de los 70 y 80 con Passarella, Kempes, Alonso, Américo Gallego, Fillol, Enzo Francescoli, Nery Pumpido, Claudio Caniggia y Oscar Ruggeri y los conjuntos dirigidos por Ramón Díaz en los 90, donde brillaron Ariel Ortega, Marcelo Salas, Marcelo Gallardo, Juan Pablo Sorín, Hernán Crespo, Pablo Aimar y Javier Saviola, entre muchos otros.
Esta mole de hormigón, cuya longitud total de gradas supera los 70 kilómetros, fue según Adolfo Pedernera, "el primer paso del gigante". Edificado para grandes acontecimientos, es fiel testimonio de hazañas, esfuerzo y talento. Testigo del pasado presente y futuro del deporte más popular del mundo.
View of "El Monumental" stadium in Buenos Aires on October 19, 2008, before the start of Argentina's first division football match between River Plate and Boca Juniors
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