Una familia destrozada por la mala gestión de Castro

 


La familia de Marcelo Francisco Oro exige justicia tras el traslado clandestino de su cuerpo en el cementerio local. Acusan a la Municipalidad de Sarmiento de haber actuado sin aval legal.


Los Berros, San Juan – La familia de Marcelo Francisco Oro, joven trabajador fallecido trágicamente en octubre de 2024 mientras cumplía funciones en un horno calero de Divisadero, atraviesa una profunda conmoción: su cuerpo fue trasladado del nicho original en el cementerio de Los Berros sin autorización legal ni consentimiento de sus familiares directos.


Según la denuncia pública realizada por sus hermanos y su padre, el traslado fue ejecutado por personal municipal, encabezado por el panteonero, a pedido de una persona que no posee vínculo legal habilitante. Se trataría de su ex pareja, quien no era cónyuge ni conviviente estable de Marcelo, y que habría realizado gestiones sin contar con poder alguno sobre el destino de sus restos.


Lo más grave, según la familia Oro, es que la maniobra se realizó sin presentar el permiso de traslado, sin autorización de construcción del nuevo nicho y sin el acta de inhumación, documento que permanece en poder del padre del fallecido.


Desde comienzos de enero, María Elena Oro —hermana de Marcelo— intentó obtener explicaciones formales por parte del intendente Alfredo Castro, del abogado municipal Fernando Bustos y del propio panteonero. Sin embargo, no obtuvo respuestas válidas ni documentación que justifique lo sucedido.


“El dolor no cesa. Nos arrebataron a Marcelo de su lugar de descanso sin ley, sin aviso, sin humanidad. Nos cansamos de pedir explicaciones con respeto. Ahora exigimos que se repare esta falta”, expresó su hermana.


Incluso, semanas después del reclamo, apareció un documento firmado por la madre de las hijas de Marcelo como supuesta autorización para el traslado. Sin embargo, ese documento no tendría validez legal ya que Marcelo era soltero y, de acuerdo con la normativa vigente, quienes deben decidir sobre el destino de los restos son los padres o hermanos.


También denuncian que el nuevo nicho fue construido sin permiso de obra ni notificación a la familia. “Todo se hizo de manera encubierta y a espaldas de quienes realmente tienen el derecho y el deber de velar por su memoria”, agregaron.


La familia exige que la Municipalidad de Sarmiento asuma su responsabilidad institucional, revierta lo actuado y garantice una investigación profunda sobre lo que consideran un acto de “profanación”. Anticiparon que están dispuestos a llegar “hasta las últimas consecuencias” para lograr que los restos de Marcelo regresen al lugar que su familia legítima elija.

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