Después de casi dos décadas de sequía que golpearon duramente a la región, Lavalle recibe con júbilo la llegada del agua del río Mendoza. A lo largo del fin de semana, el vital recurso retornó a distintas localidades del noroeste mendocino, como Costa de Araujo, Gustavo André y Asunción, revitalizando paisajes y corazones.
Los niños más pequeños de la zona tienen la oportunidad de presenciar el agua a una altura de la traza del río por primera vez en su vida, mientras que otros, que recuerdan cómo era antes, se llenan de optimismo y emoción al contemplar la transformación del paisaje.
En Asunción el agua llegó el pasado lunes, luego de 15 años de una sequía extrema. Ahora está a 25 km de Laguna del Rosario y hoy llegó a San José.
La apertura de compuertas en el dique Potrerillos debido al agua acumulada por las intensas nevadas generó este fenómeno y abre interrogantes sobre el manejo del agua y el impacto en zonas de la frontera norte de la provincia de Mendoza.