Decenas de personas se acercaron al "rancho del tata lito" en el valle de Pedernal para vivir a pleno el carnaval.
Fue un evento muy colorido, donde los asistentes se divirtieron arrojándose harina, bailando, comiendo o tomando cerveza.
Hubo tan buena vibra que seguramente no será la única edición, la parafernalia que se creo entre los visitantes de todas partes quedó en sus corazones.