Las cosas se complicaron bastante para el excabo de la Policía Provincial Walter Elpidio González (59), desde que cayó preso en febrero del año pasado, sospechado de liderar junto a su hijo, una banda narco a la que, luego de casi un año de investigación, le encontraron 193 kilos de marihuana ocultos en un rancho de Sarmiento. Ahora se supo que en medio de las escuchas para saber quiénes integraban esa organización y cómo operaban, saltó que ese cabo echado de la fuerza el 29 de mayo de 2003 por vender autos con anomalías (le hallaron varios robados), saltó que pudo haber sometido sexualmente a una chica que tenía 14 años.
Cuando el caso pasó de la Justicia Federal a la Provincial, el dato fue confirmado con una denuncia de una tía de la jovencita en el Anivi, el 2 de febrero pasado, pues la niña le había contado cómo el "novio" de su mamá la había sometido varias veces en enero de 2019. La recolección de pruebas que ordenó el juez de Instrucción Guillermo Adárvez, terminaron por confirmar esas sospechas y ahora el magistrado procesó con prisión preventiva a González por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado, un delito con penas de entre 8 y 20 años de cárcel, dijeron fuentes judiciales.
La propia niña había confirmado a una psicóloga en el Anivi, que había sido ultrajada varias veces por González (dijo que menos de cinco) cuando su mamá, que tenía una relación sentimental con el expolicía, trabajaba como empleada y se quedaba en la casa de la madre del sospechoso.
El informe médico sobre la presencia de lesiones de antigua data en la zona genital, fue una de las evidencias contra González. La conclusión del psicólogo que entrevistó a la niña, fue otra prueba clave, pues además de determinar que la menor no mentía, enumeró varios de los indicadores que presentan usualmente los niños abusados: angustia, sentimientos de culpa, vergüenza, depresión, ansiedad, baja autoestima, rechazo de la sexualidad, desconfianza y miedo a expresar lo que había sufrido.
En ese informe también se destacó la sintomatología psicosomática, porque la chica (hoy de 15 años) trasladaba a su propio cuerpo, con dolores, el sufrimiento mental que atravesaba, precisaron.
Cuando le tocó defenderse y dar su versión en la declaración indagatoria, González nada dijo sobre el grave delito que le atribuyen.
