La jueza correccional Ana Carolina Parra ordenó que un mediaguino que se encuentra detenido desde abril último, continué preso hasta el juicio por el delito de amenazas simples. El fallo es una medida excepcional y un duro mensaje para los violentos. Es que ese tipo de delito permite la excarcelación. Sin embargo, en este caso la magistrada no quiere que el sujeto salga en libertad -por lo menos por ahora-, porque lo considera una persona peligrosa y ya cuenta con antecedentes por agresiones a su mujer y a otro hijo, revelaron fuentes judiciales.
El ahora procesado con prisión preventiva es un changarín de 42 años de apellido Burgos, que posee un almacén en su casa en la villa cabecera de Sarmiento. La juez Ana Carolina Parra empezó a investigarlo a principio de abril y ordenó su detención después de que el sujeto amenazara con matar a su hija adolescente y quemarle la ropa.
Ese hecho sucedió en la vivienda del acusado. La hija atendía el almacén y en ese momento se generó una discusión, tras lo cual el hombre supuestamente la golpeó, la tiró al piso y le pegó unas patadas en el piso. Ese día, la chica abandonó el domicilio y buscó refugio en una vecina.
La jovencita decidió escapar de su casa por temor a su padre porque, además, amenazó con matarla. Esto fue denunciado por dos profesionales de la Dirección de la Niñez y Adolescencia, que trabajan en el C.I.C. de Media Agua, quienes tomaron intervención en el caso y escucharon los duros relatos de la chica.
La investigación realizada en el Segundo Juzgado Correccional permitió establecer que las amenazas existieron, pero además que el sujeto tiene antecedentes por violencia familiar. La Dirección de la Niñez ya había intervenido en 2016 por la golpiza que este hombre le propinó a su hijo mayor, al cual también le quemó la ropa, según fuentes judiciales. Ese chico fue echado de la casa y ahora vive con una abuela. Posteriormente hubo otro incidente en 2017 y Burgos fue detenido por pegarle a la mujer.
La misma niña contó a las empleadas de la dirección de la Niñez que su papá siempre fue violento, que todos le temen y que su madre sufre constantes maltratos, al punto que aguantó que le arrojara comida caliente en el rostro, informaron fuentes del caso.
El sospechoso negó las agresiones y alegó que se trató sólo de una discusión. El informe psicológico, por el contrario, reveló que el hombre es impulsivo e intolerante, que impone su autoridad y posee un alto nivel de ansiedad, según el fallo judicial. De hecho, recomendaron que se someta a un tratamiento psicológico.
La juez Ana Carolina Parra analizó el caso y esta última semana dispuso el procesamiento del hombre de 42 años, con prisión preventiva, por el delito de amenazas simples. Para justificar la decisión excepcional de tenerlo preso, la magistrada expresó que “lo expuesto en los párrafos anteriores me dan la pauta de que existe peligrosidad en los valores protegidos en este caso, en el sentido de que el imputado en libertad podrá ejercer nuevamente y con mayor enfado violencia y/o agresión física contra la víctima, incluso afectando la voluntad de la denunciante. Ello en función a la existencia de una situación de violencia continuada en el tiempo, lo cual lleva a pensar que el sujeto podría aprovechar su estado de libertad, repetir hechos similares a los denunciados o aún más graves y afectar con ellos, la investigación de la presente causa”.
Fuente:Tiempo de SJ