Mujeres tejen frazadas y las entregan en distritos de Sarmiento

La falta de calefacción, de ropa de abrigo y sobre todo la ausencia de mantas para abrigarse en las noches es lo que más se siente en algunas zonas de San Juan. Afortunadamente hay personas que no sólo toman conciencia de esta crítica situación, si no que además se movilizan para llegar con este tipo de ayuda. Bajo esa premisa un grupo numeroso de mujeres tejen mantas para llevar a distintos distritos de Sarmiento donde todo es muy escaso. En realidad no tienen un nombre específico, pero Ana Acosta, quien comenzó con esta movida las llama cariñosamente "Arañitas". Es que las "arañas tejen su telaraña mientras el hilo que viene de lo alto las sostiene, las mantiene firme. Ese hilo es el amor, es Dios", asegura desde su profunda fe. 


Sin ir más lejos, y luego de la apertura de muchas actividades en la provincia, esta semana salió la primera partida de 15 frazadas tejidas que serán repartidas este fin de semana, por integrantes de Emaús de la Parroquia de San Antonio. Ellas se encargan de verificar las necesidades y repartir casa por casa. 


Todo comenzó hace algunos años cuando Ana llegaba con amigas y conocidas a distintos distritos sarmientinos con juguetes para el Día del Niño. "Ahí me di cuenta que las necesidades eran otras, así fue como después llevamos acolchados y medias para los chicos. Somos una suma de corazones, con distintas religiones, creencias, incluso necesidades de muchas de ellas de hacer algo por otras personas. Esto tuvo un efecto contagioso porque comenzaron a sumarse más y más. Fue en el verano del año pasado cuando decidimos comenzar a tejer cuadrados para armar las frazadas y así llegar con varias para el invierno. Es que además de necesitar un abrigo, la gente también necesita un gesto de amor", cuenta Ana.


Lo curioso es que Ana ni siquiera sabía tejer, pero la fuerza de voluntad, la paciencia de Marili Puga (se encargó de enseñarle desde cero), y su tarea de docente de arte, la llevó a aprender con facilidad, aunque aclara que sólo sabe hacer "cuadraditos". Ahora, Ana también es la encargada de recibir los tejidos y unirlos para lograr una armonía en cada manta que llega al departamento sureño para abrigar a los chicos de la zona.


Las arañitas son muchas, y este año con la cuarentena se sumaron más. Por ejemplo, Marisa Gómez, dueña de Los Picapiedras, una casa de producción de tortas, se prendió a tejer junto con sus empleadas que no tenían trabajo al no haber fiestas de cumpleaños ni de ningún tipo.


Un grupo de médicas también se sumó luego de que una de ellas llevara la iniciativa y ahora también son tejedoras de cuadraditos.


Quizá lo más llamativo sea que una de las grandes tejedoras del grupo, Estela Cataldo, no tiene visión, y aporta, a juicio de sus pares, los "cuadrados más lindos y vistosos".


Es toda una cadena de favores, desde los que donan lanas, las que tejen, las que unen y las que reparten donde sea necesario. Una verdadera apuesta de amor al prójimo porque como ellas misma dicen: "la gente necesita saber que alguien piensa en ellos y nosotras siempre decimos que también abrigamos corazones".

Frazadas hechas con amor - Revista Oh!

Fuente:Diario de cuyo

Artículo Anterior Artículo Siguiente