Elina Buffa dijo a la entrevista de diario de cuyo "desde lo mío personal pienso que la pandemia me sacó el placer de participar como jurado de este concurso, algo que disfruto y mucho, pero me dio la enorme posibilidad de presentar muestras, debatimos con Juan Pablo (Castellanos) donde gastar 'la única bala' que tenemos y nos jugamos. Es que para nosotros es un esfuerzo económico muy grande, pero le teníamos fe, por la gran calidad que vimos en la aceituna Arauco, o más conocida como Criolla, utilizada como materia prima en este Trilogía. Y en segundo lugar, por la esmerada dedicación con la que lo hicimos. Y en plena cuarentena".
Posteriormente explicó "los primeros años que fui jurado de este certamen y si mandé muestras, porque estaba permitido, pero luego lo prohibieron, y firmamos un documento tipo declaración jurada donde indicaba que no teníamos vinculación con alguna de las partidas de aceite de oliva que participaban del certamen".
Al preguntarle sobre el origen de la materia prima, contestó que una parte es de Guanacache, una finca pequeña que evaluamos todos los años, más antigua; y otra porción es proveniente de Zonda, de una propiedad rural más joven, de unos 12 años aproximadamente, más moderna. Son de terceros, no nuestras".
"Prestamos servicio de molienda, compramos aceitunas, siempre de muy buena calidad, para hacer aceite de oliva extra virgen. Tenemos gente que casi todos los años nos entregan. Una condición es que sea cosechada en el día, la acondicionamos inmediatamente, y se prepara correctamente para entrar a molienda".
Siguió la ingeniera agrónoma: "A veces perdemos un poquito de aceite en el proceso, por conservar la temperatura de amasado a 27 grados C, o algo menos, y por amasar en el menor tiempo posible, para no perder aromas, una de las primeras cualidades de la catación. Pero es como que 'la primera impresión es la que vale'. Luego viene la concordancia del aroma con lo que se percibe en boca".
Terminó indicando "la aceituna de Guanacache es especial, tenemos un vínculo muy fuerte en lo humano con la gente de ahí, porque hay mucha historia atrás, y hay un gran esfuerzo familiar detrás de esas olivas. No son los megaproyectos precisamente, es todo lo contrario".
La profesional destacó que "el concurso entrega medallas Premier, Gold y Silver, no de bronce. Luego se incorporó un nuevo premio especial de sommelier, a todos aquellos aceites que llegaron a la final. Nosotros hemos quedado en el Top 20, por eso lo mencionamos. También da un premio al país que envía más muestras, que por supuesto, es del Mediterráneo".
Denominado Olive Oil Japan es un concurso con 8 años de antigüedad. En él se reúnen los mejores aceites de oliva a nivel mundial, ya que se trata de un mercado clave para futuro de la actividad. En cuanto a la edición de 2020, han participado un total de 700 productores de aceite de oliva de 23 países de todo el mundo. Destacando la presencia de los principales exportadores de aceite de oliva a nivel mundial como España (206 participantes), Italia (141 participantes), Grecia (72 participantes), incluidos productores del propio país anfitrión, Japón (47 participantes).
Es un concurso internacional que reúne los más altos estándares de integridad y profesionalismo a la hora de la concesión de medallas. El equipo de jueces está compuesto por 20 integrantes procedentes de Japón y de los principales países productores. Elegidos minuciosamente por la Asociación de Sommeliers de Aceite de Oliva de Japón (OSAJ).
