El oficial ayudante Riveros y el agente Puelles, ambos pertenecientes a la Subcomisaría Soria del distrito Los Berros, fuerón los agredidos. Todavía estaban esperando directivas del juzgado para buscar a los violentos, algunos de los cuales estarían reconocidos, serían entre seis o siete varones y tres mujeres, de no más de 30 años.
El desmadre se armó supuestamente cuando la patota reaccionó mal y se le fue encima a los uniformados. Afirman que les pegaron por todas partes y los echaron. Los agresores después se dieron a la fuga. El oficial tuvo que ser asistido en el hospital por numerosos hematomas en la cabeza, contaron. Igual, los dos estaban fuera de peligro.
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