El marido de la maestra acusada, y a lo cual doy fé que es buena persona, nos contó su versión de los hechos.
La docente fue a la librería a sacar copias, y en simultáneo repartidores de bebidas de Media Agua dejaban un pedido, cuando estos hombres abandonan el comercio, la maestra ve entre cajas un teléfono en el suelo, según su marido ella no confiaba en el comerciante por eso no le dijo nada pensando que era de uno de los chicos que estuvo bajando cajones de gaseosa, con la intencionalidad de devolvérselo cuando llamen o dárselo luego por que los conoce.
No obstante esto lo dejó prendido y después viendo al comerciante hablar con una portera se le acercó y le preguntó y el celular en definitiva era del vendedor.
Luego de una escaramuza terminó la cosa.
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