El carrito de compras cada vez más chico

Por primera vez en doce años, los argentinos achicaron el changuito a la hora de ir a hacer las compras. Esto ocurrió en el tan mentado segundo semestre de 2016, lo que -según los expertos- coincide con una tendencia cada vez más pronunciada: la compra “de a puchitos” o lo que se traduce como una suba de las visitas al supermercado, pero para hacer compras más pequeñas.
Ocho de cada diez argentinos redujeron su consumo el año pasado. La firma especializada Kantar Worldpanel informó esta semana que esa variable cayó en 2016 un 4%, un número levemente inferior al que difundió la consultora CCR días atrás (4,7%). Según Kantar Worldpanel, el retroceso del último trimestre del año pasado fue de 6% con relación al mismo período de 2015.
“El año terminó con un fuerte ajuste en los hábitos de compra del hogar: en el primer semestre resignaron marcas de todos los sectores de consumo y buscaron canales más económicos sacrificando la experiencia de compra; en el segundo semestre además achicaron el tamaño de compra por primera vez en 12 años”, explicó Federico Filipponi, director comercial de Kantar Worldpanel.
Con relación a este último dato, en la firma indicaron que la compra por acto cayó por primera vez en 12 años en el tercer trimestre (-2%) y volvió a registrar una contracción de -3% en cuarto trimestre. En este período, medido interanualmente, una de cada dos categorías de la canasta básica registraron compras de menor volumen. La razón es obvia: menos unidades en cada visita al súper.
De acuerdo con el documento de Kantar Worldpanel, los hogares que redujeron el tamaño de sus compras durante el año pasado son mayormente de niveles medios y de la base de la pirámide. En cuanto a los diferentes sectores, en 2016, el de Bebidas fue el que mayor disminución de la cantidad comprada en cada acto reflejó (principalmente las gaseosas).
“Observamos una relación entre la contracción de la compra por acto y el crecimiento de misiones chicas”, contaron en la consultora especializada. Esto quiere decir que crecieron los viajes en el que los consumidores llevan de una a siete categorías en promedio.
El informe estimó además que en 2016 se consumió menos de todo. Siete de cada diez categorías perdieron volumen. El sector que más se contrajo de la canasta fue el de los lácteos. Allí el consumidor minimizó su gasto en productos de valor agregado, tales como leches cultivadas, leches líquidas infantiles y postres refrigerados para chicos y adultos. Dentro de Alimentos, las sopas y pastas lograron crecer “en un contexto difícil”.
El 80% de los hogares redujo su consumo en 2016. Sin embargo, el único nivel socioeconómico que logró sostener su capacidad de consumo fue el alto-medio. El resto de la pirámide realizó ajustes: los estratos medio-bajo y bajo inferior hicieron compras más chicas mientras que los niveles bajos visitaron menos veces los canales.
Fuente: La Nación
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