Laguneros piden agua urgente

LagunerosJose-03072016
Como se sabe, desde hace un tiempo los jefes de familia de las comunidades huarpes que habitan el territorio sarmientino, al límite con la provincia de Mendoza, llegaron a la ciudad para hacer escuchar su voz y visibilizar su padecer que vienen arrastrando desde hace años.
En aquel entonces los representantes de las más de 20 familias que residen en aquel lugar, denunciaron que las lagunas desaparecieron (para no volver) por un mal manejo y control de las aguas que a esa zona llegaban. Los meses pasaron, y lamentablemente, nada cambió.
Los cursos de los ríos y de los canales aguas arriba nadie los destapó”, dijo José Díaz (foto), jefe político de la Comunidad Aguas Verdes “y tampoco hubo alguien del gobierno que ordenara que así se hiciera”, y luego agregó: “Es como si no nos tomaran en serio”.
Los miembros de las comunidades que se en­cuen­tran en ese territorio están más que dolidos, ofendidos por las inacciones de los funcionarios provinciales, municipales y hasta nacionales; que cada tanto aparece alguno, se saca una foto, prometen y la solución nunca llega.
Yo sé que con lo de la laguna la cosa es compleja, pero no deja de ser un derecho nuestro”, dijo Díaz, “y cuando digo nuestro, incluyo los pájaros, todos los animales, las plantas y la naturaleza”, añadió.
OLVIDADOS E IGNORADOS
Reclamos por los derechos y la dignidad
En este escenario del olvido, José Díaz, en representación de su pueblo, contó que con las lluvias no la están pasado nada bien. Porque además de las filtraciones en los ranchos, la huella de 17 kilómetros que los conecta con el primer poblado (la zona del barrio Las Lagunas), se volvió intransitable.
Todo se convierte en barro y si tenemos alguna urgencia, la muerte nos espera”, contó Díaz: “Que­damos aislados de todo”, aseveró.
Desde hace años los miembros de estas comunidades originarias también vienen pidiendo que les hagan el camino como co­rresponde, porque ese sería un gesto verdadero de inclusión.
El otro día leíamos  que el gobierno por el tema de la lluvia le había dado ayuda a 800 familias, pero por acá nadie lle­gó; y ahí nos dimos cuenta que nosotros para ellos no existimos”, manifestó Díaz.
Con las lluvias de la semana pasada ninguno de los niños de la comunidad que va a la escuela en el barrio Las Lagunas pudo asistir a clases porque el camino estaba intransitable. En todos los ranchos hubo filtraciones, ropa, muebles y colchones mojados; y una gran mortandad de animales, lo que se tradujo en un golpe duro a las economías de cada familia ya que este es el principal sustento de vida.
No queremos dádivas, porque sabemos vivir de nuestro trabajo”, dijo Díaz. “Sólo queremos que nos de­vuelvan las lagunas, nos hagan el camino, nos traigan la electricidad y que no se olviden de respetarnos nosotros no somos olvido, somos hijos de la historia”.
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