Sigue el juicio por la masacre en Pedernal

Éste lunes se llevó a cabo una audiencia más en el juicio contra Andrés Roselot, Nelson Chaparro, Eduardo Pedro Giménez y María Cristina Gómez, acusados de haber asesinado de 28 puñaladas a Néstor Moreno, amante de ésta última, en Pedernal Sarmiento. 
 Con el inicio de las indagatorias fue el turno de Roselot y Giménez, quienes aseguraron que su intención jamás fue matar a Moreno, sino que sólo querían "darle un susto", ya que éste los había acusado de cuatrerismo haciéndolos perder su trabajo. 
 Si bien tanto Roselot como Giménez, admitieron haber golpeado a la víctima los dos dijeron que luego del ataque se fueron y que quienes manejaron el auto con el cuerpo de Moreno y lo tiraron por un barranco fueron Cristina Gómez y su marido Nelson Chaparro. 
Giménez por su parte aseguró que sólo le dio a Moreno golpes de puño pero que quien lo ultimó utilizando un hacha fue Roselot. 

Las audiencias continuarán el martes a las 9.30 en la Sala III de la Cámara Penal,  ese día se espera que declaren Chaparro y Gómez, para así finalizar con las indagatorias y comenzar con la rueda de testigos. 


EL CRIMEN 

El crimen de Néstor Moreno habría sido perpetuado por su amante, María Cristina Gómez; el marido de ésta, Nelson D. Chaparro; Andrés Alejandro Rosselot y Eduardo Pedro Giménez. 

La disputa entre Moreno y Chaparro venía de vieja data cuando la víctima denunció al presunto asesino de cuatrerismo y éste perdió su puesto de capataz en la finca donde trabajaba. A ésta situación se le sumaba el amorío que mantenía con Moreno la mujer de Chaparro, María Cristina Gómez, que fue utilizada como carnada sexual para que los asesinos pudiesen atrapar a la víctima. 

Rosselot y Giménez conocían a Chaparro de las jineteadas y eran señalados en el departamento por dedicarse a la venta de caballos. Cuando Moreno los denuncio de cuatrerismo ambos perdieron su trabajo pero continuaron viviendo en dos carpas cercanas a la casa de Chaparro al que se encargaban de custodiar. 

Ese 13 de marzo Gómez habría llamado a Moreno para concretar un encuentro sexual a las 23, en zona de los Indios donde existe un árbol de gran porte, un Eucaliptus. Una vez en el lugar, Rosselot, Gimenez y Chaparro, habrían sorprendido y ultimado al hombre de 28 puñaladas, 7 de ellas en la cabeza y 2 hachazos que fueron que terminaron con su vida por un shock hipovolémico. Una vez concretado el macabro plan los presuntos asesinos subieron a Moreno en el asiento trasero del automóvil Megane, color blanco, en el que se movilizaba y lo arrojaron por un barranco del Dique Las Crucecitas, donde fue hallado por un lugareño, al día siguiente. 

El juez Maximiliano Blejman, del Cuarto Juzgado de Instrucción imputó a los cuatro por el delito de "homicidio  agravado por ensañamiento la alevosía y concurso premeditado de dos o más personas”. Por el delito que se les imputa todos podrían ser condenados a reclusión perpetua la máxima pena prevista en el Código Penal. 

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