Cienaguita





Está rodeada de cerros blanquecinos, calles y casas de piedra. Árboles
 cubiertos de cal, un solo barrio, un puesto de salud, una escuela y una iglesia
 con campanas del siglo XIX, son las principales características de este
 poblado.
La gente vive de las caleras y tiene una profunda fe que vincula lo religioso

 con lo pagano. Todos los 11 de febrero, se celebra una fiesta en la que la

 gente va caminado desde la iglesia que está en el pueblo, hasta los Baños del

 Cerro, donde se cree que el agua sulfurada que sale allí tiene poderes

 curativos.
El agua sulfurada sale de uno de los pocos cerros que no han sido explotados

 para extraer cal, que es la actividad económica que moviliza a todo el

 pueblo. Y eso se debe a una creencia popular que está muy arraigada en la

 zona y que cuenta que a principios del siglo XX un grupo de mineros intentó

 hacer excavaciones en ese lugar. Pero ni bien empezaron a perforar la

 montaña, el agua empezó a salir a borbotones. Sostienen los pobladores que

 el cerro no quiso que le sacaran la cal, y ahora, el agua que sale de él, sirve para curar.


En el lugar hay una imagen de la virgen de Lourdes, patrona de los

 enfermos, allí se celebra una misa y todo termina con un gran baile y chayas.

 En el lugar hay parrilleros, mesas, bancos, juegos y un jardín lleno de pencas y malvones. 

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